Con motivo de la pandemia por el coronavirus Covid-19, y las medidas impuestas por el Ministerio de Sanidad, los rituales de despedida de los seres queridos se han visto doblemente afectados.
Si esa persona ha fallecido a consecuencia del coronavirus, los familiares y conocidos no han podido verle ni permanecer a su lado.
En caso de que haya fallecido a consecuencia de otra enfermedad, en la ceremonia de despedida no habrá habido más que una poquitas personas, y alejadas unas de otras (ni besos ni abrazos ni otras muestras de cariño habituales que pasen por el contacto físico).
Todo ello puede estar generando dos consecuencias adversas:
A continuación os presentamos un infograma de Quino Villa (*) con algunas orientaciones sobre este tema.
Si esa persona ha fallecido a consecuencia del coronavirus, los familiares y conocidos no han podido verle ni permanecer a su lado.
En caso de que haya fallecido a consecuencia de otra enfermedad, en la ceremonia de despedida no habrá habido más que una poquitas personas, y alejadas unas de otras (ni besos ni abrazos ni otras muestras de cariño habituales que pasen por el contacto físico).
Todo ello puede estar generando dos consecuencias adversas:
- Interrumpir el proceso de duelo de las personas más allegadas al difunto.
- Y, además, provocar, de forma sobreañadida, diversos síntomas de malestar emocional.
A continuación os presentamos un infograma de Quino Villa (*) con algunas orientaciones sobre este tema.
(*)Maestro, psicólogo clínico, sexólogo y actualmente
profesor de la Red de la Experiencia
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