A estas
alturas, es muy probable que haya escuchado el término "atención
plena".
La
atención plena es una práctica de meditación que comienza con prestar atención
a la respiración para enfocarse en el aquí y ahora, no en lo que podría haber sido, o en algún hecho pasado que nos preocupe.
El
objetivo es distanciarnos de los pensamientos y emociones perturbadores para
poder observarlos sin reaccionar de inmediato.
Pero ¿Cómo
se explica la atención plena a un niño o una niña?
Comenzamos
prestando atención a la respiración: “la sensación de expansión de la
inhalación, la quietud entre la inhalación y la exhalación”.
Les
invitamos a descansar en el espacio entre las respiraciones. Luego explicamos
que este lugar tranquilo siempre está con nosotros: "cuando estamos
tristes, cuando estamos enfadados, emocionados, felices, frustrados".
De esta
manera pueden sentirlo en sus cuerpos. Pueden aprender a observar sus
pensamientos y sentimientos, y pueden comenzar a elegir sus
comportamientos.
Si quiere, puede practicar con sus hijos:
Nos
imaginaremos que estamos sentados en el césped, cerca de un pequeño lago y que
tiramos una pequeña piedra. Esa piedra se queda en el fondo del lago.
Visualizamos la piedra y nos identificamos con ella. Ningún pensamiento
del pasado o del futuro nos preocupa. Solo existe esa piedra que somos
nosotros. Vigilamos nuestra respiración, tomando conciencia con ella.
EL BOTÓN
DE PAUSA (4 minutos)
Todos
necesitamos una pausa porque tenemos muchas que hacer y muchas cosas en la
cabeza. Cuando nos sentimos así nos tomamos una pausa y no hacemos nada.
Lo importante es saber cómo nos sentimos. Da igual si nos sentimos bien o mal.
Solo hay que saberlo y debemos fijarnos en la respiración y pensar en las
partes del cuerpo para reconocer donde hay más tensión.
Este botón
de pausa es muy bueno para tomarnos un descanso y recargar las pilas.
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