Las habilidades para la vida frente al COVID-19


Cumplidas ya seis semanas de confinamiento, comienzan a proliferar las noticias e informes sobre las consecuencias devastadoras, a todos los niveles, de esta crisis nunca antes vivida y provocada por el COVID-19. Sin ocultar esa realidad, este artículo pretende mostrar la otra cara de la misma moneda: intentar ver en la pandemia una oportunidad para adquirir nuevos aprendizajes, salir reforzados de la misma y, a ser posible, fomentar nuestra resiliencia.



Y  proponemos hacerlo  de la mano de las 10 Habilidades para la Vida (HpV), o destrezas psicosociales, una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1993. 
Las HpV  herramientas para afrontar de forma saludable el COVID-19 y el confinamiento:

- Autoconocimiento: Este “parón” en nuestro ritmo habitual de vida puede ser un momento propicio para acercarnos a nuestro propio ser, dedicarnos tiempo y curar nuestras heridas.

- La Empatía nos permite conectar también con las necesidades, emociones e inquietudes de las personas que nos rodean y ayudarles a sobrellevar de la mejor manera posible esta  adversidad. La escucha activa será nuestra mejor herramienta, especialmente con los más pequeños a los que les cuesta más entender lo que sucede y soportar el confinamiento.

- A través de la Comunicación Asertiva esa conexión con los otros será más efectiva ya que nos permite  expresar nuestras necesidades, emociones y sentimientos de manera clara, firme y serena sin dañar a los demás, evitando los reproches, la censura, la crítica o la violencia.

- Con ello, cuidamos nuestras Relaciones Interpersonales,  tan necesarias ahora y, en gran medida, interrumpidas. También podemos “abonar” relaciones descuidadas, o “cerrar” otras.

-El Pensamiento Crítico puede sernos útil para saber “filtrar” la sobreinformación a la que estamos sometidos y que puede mantenernos en estado permanente de alerta y estrés.

-Es el momento de  utilizar el Pensamiento Creativo para organizar el tiempo y establecer nuevas rutinas y actividades que garanticen nuestra propia salud y la de nuestras familias.

- Podemos aprovechar para aprender en el Manejo de Problemas y Conflictos que, de forma lógica y natural, puedan surgir al convivir tanto tiempo “cerrados” en un espacio reducido.

- La Toma de Decisiones  por su parte, nos ayudará a seguir las pautas sanitarias, emprender nuevas tareas y prioridades, así como la motivación necesaria para mantenernos activos.

Siendo todas ellas necesarias, hay dos habilidades que se hacen imprescindibles, la gestión emocional  de la crisis y el manejo adecuado de las tensiones y del estrés que conlleva.
- Manejo de Emociones y Sentimientos: Las emociones son una respuesta fisiológica natural de nuestro organismo ante lo que sucede en nuestras vidas y como lo percibe nuestra mente. Son, por lo tanto, prácticas y útiles porque nos dan información y nos alertan de algo percibido como peligroso o amenazante. Son breves y cesan al desaparecer la situación amenazante. Sin embargo, si éstas se mantiene de forma indefinida en el tiempo, las emociones pueden transformarse en sentimientos que son más profundos y duraderos; así el miedo puede llevar al pánico y la desesperanza, o la tristeza a la melancolía, la culpa o la depresión.   Dicen los antropólogos que el ser humano desarrolla antes la capacidad emocional que la racional. Sea como fuere,  para poder afrontar una pandemia como esta sin que las emociones se desborden y perdamos su control,  es necesario  que a la emoción le acompañe la razón. Como decía Unamuno: “siente el pensamiento, piensa el sentimiento”.
En este sentido, podemos seguir 4 pasos para manejar nuestras emociones y sentimientos ante el COVID-19:
1-      Identificar las emociones que la situación nos provoca en vez de ocultarlas, reprimirlas o sobrevalorarlas.
2-       Reconocerlas y aceptarlas tanto en uno mismo como en los demás.
3-      Entenderlas y comprender su significado.
4-      Expresarlas de forma asertiva, y a través del lenguaje verbal y no verbal (ejercicio físico, juego, baile, relajación…). En caso de tensiones o conflictos conviene darse tiempo antes de expresar verbalmente para que la emoción baje de intensidad. Al igual que el virus, las emociones también se contagian y se trasmiten,  por lo que una adecuada gestión emocional es beneficiosa para nosotros mismos y una gran ayuda para las personas que nos rodean, en especial si son niños/as o adolescentes.

- Manejo de Tensiones y Estrés. La tensión provocada por esta crisis sin precedentes, unida al miedo y la incertidumbre ante el futuro pueden provocar en algunas personas estados de hipervigilancia que hacen que el organismo libere sustancias como el cortisol incrementando el estrés.
 Para manejar las tensiones cotidianas y evitar que el estrés se cronifique dando lugar a otros trastornos, es  básico organizar el tiempo y poner en práctica una serie de estrategias:  Crear hábitos y rutinas adaptadas a la nueva situación, en especial al confinamiento. Esas rutinas han de incluir el ejercicio físico, actividades lúdicas y de ocio que sean gratificantes para la persona (escuchar música, lectura, pintura, fotografía, manualidades, bailes, juegos interactivos…) y el respeto a los horarios de alimentación y sueño. Y en el caso de los hijos, las tareas escolares o las clases online en coordinación con el profesor o tutor correspondiente. Cuidar las relaciones y la comunicación familiar, especialmente con las personas que se muestran más vulnerables ante la pandemia: niños/as y adolescentes, personas mayores  .Mantener el contacto social con otros familiares y amigos que estén lejos, ya sea vía telefónica o a través de las TIC (videollamada, videoconferencia, chat… ).     Siendo muy útiles en este momento, es necesario pautar y regular el uso de las TIC (móvil, ordenador, tablet…) ya que su abuso entraña riesgos físicos y psicológicos importantes. Esas pautas de uso han ser adaptadas a las necesidades de cada grupo de edad. Lo ideal es que antes de los 2 años no haya acceso; de 2 a 5 años, 1 hora al día de uso máximo; de 5 a 12 años, no más de hora y media de exposición. Con adolescentes es conveniente negociar el tiempo de uso y los contenidos. Aún así, en ningún caso se debe permitir que tengan los dispositivos en su habitación durante las horas de sueño. Sin olvidar que como adultos tenemos que dar un buen ejemplo en su uso. Podemos rescatar los juegos de mesa tradicionales como alternativa.
A modo de conclusión, estas HpV pueden ayudarnos a mantener una buena salud mental en estos  momentos adversos al facilitarnos el autocuidado, la interacción con las demás personas,  y un impacto positivo y constructivo sobre nuestro entorno. Esto unido a valores como el compromiso, la responsabilidad y la solidaridad que estamos viendo estos días, puede contribuir a que la crisis nos enseñe  a construir un mundo más justo, equitativo y sostenible que nos demuestre que otro tipo de vida más saludable que la que llevábamos sí es posible.




Hilario Garrudo Hernández. Psicólogo Clínico Tutor de la Escuela Iberoamericana de Habilidades para la Vida. EDEX.



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